Miradas

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Aquí estaba yo, con mi pelo rubio recién cortado, mis ojos mirando a un punto fijo que me olvidare en un segundo, mi mente despejada y feliz.

Los minutos pasaban y yo estaba esperando algo que no se si vendrá, pero la ansiosa sensación que recorre mi cuerpo es maravillosa. Pasaban autos de todos colores. Las personas iban y venían alborotadas, algunas cruzaban la calle corriendo sin mirar.

El viento esa mañana estaba bien, no me podría quejar. Me había levantado con muy buen humor.

En esos instantes donde no le prestas atención, pueden pasarte cosas hermosas que jamás podrás borrar. Es como una estrella fugaz, como la primera gota de lluvia que cae en un lugar cualquiera, en un momento cualquiera, pero a pesar de eso, es una sola persona que la puede apreciar sin darse cuenta, sin valorar a esa pequeña amiga que te revive por un segundo.

Una muchacha muy particular paso por la vereda del frente. Llevaba una campera de cuero negra, unos jeans azules medios rotos, su pelo se balanceaba por cada paso que daba. De pronto me levante lentamente sin despegarle mi mirada. Inmediatamente sentí una atracción fuerte hacia ella, algo muy particular, como si ya la conociera, me era muy familiar. Me puse a hurgar en mis recuerdos rápidamente por unos segundos antes que se me escape de vista y no encontré nada más que este momento.

Me enamore de su imagen, como todos hacemos cuando vemos a alguien que nos atrae físicamente. A pesar de todo, algo me decía por dentro que debía conocerla. Pero como no tengo experiencia en el amor, no sé cómo encarar esas situaciones.

Decidí tomar calma y esperar, seguro todo se podrá dar por cuenta propia. Igual no era la primera vez que venía a una chica linda.

Hice unos pasos largos para volverme a mi casa y sin querer me tope con ella. Nuestras miradas se cruzaron por unos segundos, mi boca soltó una sonrisa, la que en menos de un segundo se desvaneció. El cielo se torno gris, y los pájaros que una vez dieron armonía al mundo, ya no volverían a cantar. Ella solo soltó de esa hermosa boca una frase que me pudo hacer perder la poca confianza que pude haber tenido,  «Fíjate por donde caminas, idiota».

Sin importar lo que ella dijo, volví a caminar observado el loco mundo que me rodea. Deje su silueta grabada una pintura que guardare en lo más profundo de mis recuerdos, y si alguna vez me daban ganas de recordar ese momento tenso que viví, lo sacaría con cuidado para no echarlo a perder y contemplare ese grandioso día como uno de los mas especiales de mi vida.

Mis pasos firmes iban al ritmo de una dulce melodía que sonaba a lo lejos, mis labios se fruncieron  dando silbidos cortos que detonaba una estrofa fascinante de una canción. Me despedí de ese lugar observándolo por última vez y dedicándole una sonrisa torcida.

El destino ese día había hecho unas de sus jugadas peligrosas, como las de un juego de ajedrez, movimientos suaves sobre el tablero de la vida. Estaba todo planeado para llegar al final de un nuevo comienzo.

You and me Forever (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora