#9 "Dos pies izquierdos"

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Capítulo 9: Dos pies izquierdos

—No, Eli... ¡Auch! ¡Para! ¡Mi pie!

Daniel quita su mano de mi hombro, me suelta para llevar su mano y acariciar su pie. Me sonrojo y me disculpo rapidamente, ya es la tercera vez que le piso en un cuarto de hora. Mi tía y la futura madrastra de Daniel nos mira desde el escenario, su ceño fruncido como de costumbre, suspira con desesperación y se acerca a nosotros.

—Si me destrozas el pie te quedarias sin pareja para el cotillón. —Daniel sonríe de repente —. Pensándolo bien pisame otra vez, igual puedo librarme de esta basura.

—Písame a mi también. —suplico y los dos nos reimos, esto es desesperación.

—Elizabeth, para de bailar como un pato mareado. —mi tía me regaña-. Esto es un evento importante y accedi a tenerte aqui porque tu madre me dijo que te comportarías.

Mi primer instinto es marcharme de aqui ahora mismo pero después pienso en mi madre. Cuando a veces soy grosera, mi padre siempre me recuerda lo mucho que mi madre ha hecho por mí, puede que no comprenda mi forma de ser o que no le guste que juegue a el fútbol porque no es un deporte muy femenino, pero ella me quiere. Se que cuando me tuvo ella estaba muy emocionada por el hecho de tener una niña para poder vestirla y cuidarla como a una muñequita.

Tuvo la desgracia de tenerme a mi.

—Me esforzaré más.

Ahora que con mi cambio mas o menos he conseguido calmar las burlas de algunas personas podría tratar de parecerme más a la idea de hija que quiere mi madre. No puede ser tan difícil. Un primer buen paso en la dirección correcta sería asistir al cotillón y no arruinar la entrada ni el baile.

Vuelvo a colocar mi mano en el hombro de Daniel y el pone su mano en mi cintura. Esta vez estoy decidida a no destrozarle los pies.

—Se que no soy con quien preferirías bailar pero no tienes que poner esa cara de estreñida. —Daniel dice riendose.

—Es mi cara de concentración. -protesto lo que hace que se ria más—. ¿Y a que te refieres con que no eres con quien preferiría bailar? No tengo ganas de bailar contigo ni con nadie.

Esto hace que él sonría ladeando la boca en una mueca burlona. Me recuerda a Nate justo antes de hacer algún comentario que me moleste.

—Estoy bastante seguro de que si Nate Miller fuera quien te estuviera sujetando no tendrías cara de extreñida.

—Pues te equivocas. —respondo pero siento como la sangre sube a mis mejillas—. Solo estaría feliz si fueras Dylan O'brien o Shawn Mendes.

Mi concentración, que hasta estuvo bastante bien ya que no pise a Daniel, se arruinó y casi me caigo al suelo en un giro. Mi tía me matará si cometo otro error. Daniel me sujeta por la espalda y me baja suevamente inclinando mi cabeza hacia atras para luego volver a levantarme causando que nuestras caras se queden a pocos centímetros de distancia.

—Entonces ¿Porque estás tan nerviosa?—susurra demasiado cerca.

—No se te ha ocurrido que puede ser porque estas invadiendo mi espacio vital.

Justo en ese momento la canción acaba y Daniel me suelta. No he hecho ningún comentario gracioso pero sonrie como si lo hubiera hecho. Los chicos son demasiado bipolares creo que nunca llegaré a entenderlos.

—Relajate, Elizabeth. —Dice y se encoje de hombros—. No eres mi tipo.

Desde el escenario mi tia anuncia que el ensayo de hoy ha finalizado y que nos veremos el próximo martes. Menos mal, estoy deseando quitarme estos dolorosos zapatos.

—Tampoco es que yo quiera ser tu tipo, no me gusta ni llevas faldas cortas ni sujerentes escotes. —respondo cruzandome de brazos.

Daniel suelta una carcajada y una vez más no se que le parece tan gracioso. Me alejo hasta que llego al banco donde he dejado mi bolsa y me siento a cambiarme de zapatos. Ya tengo una pequeña herida en el talón del pie ¿Por qué no se podrá ir a los bailes en converse?

—No es eso, Eli. —Daniel me sigue y se sienta a mi lado—. Además ¿Por qué piensas que solo me gustarían zorras?
Lo miro y me encojo de hombros.

—Yo pienso que a todos os gustan las chicas con más implantes que cerebro.

Daniel inclina la cabeza hacia atrás y suelta otra carcajada. Acabo de guardar mis zapatos en la mochila y los dos caminamos hacia la salida de la mansión Blackthorne. El cotillón se celebra en esta "casa" todos los años porque es un lugar historico en el pueblo. Esta mansión fue la primera construcción del pueblo hacia 1800, poco a poco comenzo a venir más gente y lo que comenzó con Lewis Blackthorne y su familia ahora son 15000 habitantes.

—¿Qué harías si te has portado como una exagerada y quisieras arreglarlo? —le pregunto a Daniel pensando en como trate a Nate después del partido-. Solo por curiosidad.

—¿Te refieres a una exagerada que piensa que todos los chicos son los hijos de satanás? —Daniel bromea y le doy un codazo—. Y además, si no lo he olvidado, esa loca le gritó a un pobre chico que solo quería asegurarse de que ella esta bien.

Escucharlo bromear sobre esto me hace darme cuenta de mi ridículo comportamiento, Nate solo estaba tratando de hablarme pero yo estaba tan molesta que no quiese escucharle, además de que le grite por algo que ni siquiera es su culpa. Había estado recibiendo miradas durante todo el día y solo porque un chico muestra algo de interés ya empecé a exagerar las cosas. No me refiero a Kyle, él coquetea sin darse cuenta, sino a el chico del otro equipo que me comenzó a llamar flor... ni siquiera me acuerdo de su nombre.

—Lo siento, Eli, solo dos palabras.




Al día siguiente traté de hablar con Nate en el instituto pero no tuve la oportunidad de disculparme por mi extraño comportamiento. En la cafetería se sentó en su mesa de siempre y la única vez que nuestras miradas se cruzaron me ignoró, no tuve el valor de acercarme a la mesa de los populares para ser rechazada publicamente y pensé que más tarde tendría la oportunidad de hablar con él en Francés pero me enteré por Sierra de que había sido convocado al despacho del director a penúltima hora.

—¿Y no volvió a clase? —le pregunto, normalmente aunque hayas hecho algo malo te dicen tu castigo y luego vuelves a clase.

—No lo se, solo escuché eso espiando en los baños.

Sierra cierra la puerta de su taquilla y sujeta su bloc de dibujo en la otra. La semana pasada volvió a teñirse el cabello y ahora lo lleva con mechas moradas a juego con sus brazaletes. Tal vez un estilo emo-chic como el suyo sería un mejor cambio que los vestidos pero no puedo imaginarme con un piercing en la nariz, odio las agujas.

-¿Quieres que acabemos de ver Pretty little liars esta tarde? -le pregunto para cambiar de tema.

Pero Sierra no me escucha, ella solo mira detrás de mi como cuando ve a Tyler Posey. Los ojos como dos brillantes corazones al igual que los del emoticono de whatsapp.

-Hola, Eli, Sierra. -me giro y veo a Austin Miller, él está sosteniendo un bloc como el de Sierra, lleva el pelo más desordenado de lo habitual y lo más llamativo, sus gafas de pasta negra que lo hacen parecer o un nerd sexy o un hipster... esperen ¿Acabo de decir sexy? Controlense hormonas-. ¿Quieres que te acompañe a clase?

A donde tu quieras, rubio.

Bofetada mental, esto último sobraba, solo olvídenlo, nunca he pensado eso.

Justo cuando Sierra y Austin están a punto de marcharse se me ocurre una idea.

-¡Espera, Austin!



N/A:
Primero de todo, lo siento muchísimo por no actualizar antes pero es que llevo tres dias intentando subirlo pero wattpad me dice que hay un error o que esa parte ya esta subida( lo que es mentira, estaba tratando de subirla en ese momento)

Y gracias a todas a las que habeis leido hasta aqui, espero que os guste este cap; )

Mañana lo dedicare porque ahora no puedo, diganme si quieren que les dedique este y la primera en comentar gana ❤

The Miller boysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora