Capitulo 31

90 14 1
                                    

Ha pasado una semana. Una semana en la que Lucas no ha vuelto a dirigirme una palabra, ni siquiera me mira.

Lucas y yo nunca nos habíamos peleado y si lo hacíamos, a los cinco minutos nos pedíamos perdón, pero esta vez no, Lucas no quiere hacerlo. Las comidas en casa son incomodas, se siente una gran tensión y creo que por eso mismo muchas veces mi hermano decide no venir a comer.

Mis padres se han dado cuenta que algo no anda bien, nos han estado preguntando y por un momento temí que Lucas les contara lo que pasó. No quiero se lo sepan, no quiero ver la mirada de decepción que me dio Lucas, ahora en mis padres, no lo podía soportar. Pero no lo hizo, a pesar de todo mi hermano me cubrió y protegió como siempre lo ha hecho y eso lo que me motiva y me da esperanza de que no todo está perdido, de que mi hermano sobre protector está ahí, dispuesto a perdonarme y envolverme en sus brazos.

Suspiro abandonando mis pensamientos al sentir mi garganta muy reseca. Quito los audífonos de mis oídos y salgo de mi habitación para ir por un poco de agua.

Cuando voy de vuelta en a mi habitación me detengo abruptamente al escuchar unos sollozos provenientes de la recamara de mis padres.

Frunzo en ceño desconcertada y me acerco un poco mas escuchando lo que pasa.

-...no sé qué es lo que les pasa-escucho decir a mamá con voz ahogada-nunca, ellos nunca habían esto así. ¡No quiero verlos así! ¿Qué es lo que les pasa Fernando? ¿Qué es?

Mis piernas tiemblan y mi corazón golpea fuerte en mi pecho provocando más dolor. Los sollozos de mamá solo provocan que lagrimas caigan rápidamente por mis mejillas. Me duele el dolor en su voz, me duele saber que soy yo la que está causando esto.

-No lo sé mi amor. Pero te aseguro que yo tampoco soporto verlos así, pero no quieren decir nada, no entiendo.

-Son mis bebes Fernando. Bebes que amo con todo mi alma y que siempre he hecho todo para que se amen, y y-yo no sé en que falle.

Un sollozo escapa de mis labios e inmediatamente llevo mi mano hacia ellos y niego. No mami, tú no has hecho nada. Todo lo he hecho yo mami. Trato de decir pero nada sale de mi boca.

-Tú no has hecho nada malo-escucho decir a papa con su voz igual de ahogada que la de mamá-lo vamos a solucionar. Ya verás que pronto estarán juntos haciéndose bromas y Lucas queriendo ser siempre el que cuide y proteja a su hermana. ¿Recuerdas como siempre ha querido hacerlo desde pequeño?

-Porque era su princesa y el siempre la iba a cuidar de los malos dragones-dice mama y puedo escuchar como ríe y llora al mismo tiempo.

Yo sonrío recordando la vez que un pequeño Lucas de 3 años me dijo aquello. El siempre ha querido protegerme, siempre queriendo ser el fuerte, y siempre lo ha sido. El ha sabido protegerme.

Mis padres de quedan en silencio y estoy a punto de irme dispuesta a suplicarle de rodillas a Lucas si es necesario, cuando mamá vuelve a hablar.

-¿Fernando?

-Dime amor.

-Mi bebé-y mamá vuelve a sollozar. Sé que se refiere a Lucas, siempre lo ha llamado así.

-¿Qué pasa con Lucas, Lucia?

-Él m-me gritó y n-nunca lo había hecho.

Frunzo el ceño. Está bien que Lucas este molesto conmigo pero malditamente no tiene porque desquitarse con mamá.

Parece que papá le pregunta algo pero no quedo para escuchar. En este momento siento mucha rabia hacia a Lucas. Jamás debió gritarle a mamá.

Interrumpo en la habitación de Lucas sin siquiera tocar y camino decidida hasta cama, en donde le arrebato el celular de las manos.

La tristeza detrás de mi sonrisa. [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora