Prólogo

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-Continuemos. Por aquí por favor -señaló aquella mujer de traje rosa pálido. -Como bien puedes observar, es una extensa biblioteca, con diversas ediciones de libros bastante famosos, en esta sección de aquí, podrás encontrar desde la literatura inglesa, hasta la literatura china -continuó.

Abrí mi boca al ver la cantidad de libros que había allí, creo que es lo único positivo que voy a conseguir con este cambio.

[Creo que se han equivocado asignandote la habitación 413, sería mucho mejor si te hubieran asignado la biblioteca]

Sonreí inconscientemente al oír aquel pensamiento y no pude evitar imaginarme como sería estar viviendo literalmente en una biblioteca.

-Disculpe señorita Parks, ¿tiene alguna pregunta o podemos seguir con la ruta? -preguntó aquella señora mirándome por encima de sus gafas de los años 80.
-Ah, yo..-abrí y cerré mi boca por un par de veces para volver al mundo real. Finalmente, negué con la cabeza mostrando mi mejor sonrisa.
-Entonces continuemos, lo siguiente que le mostraré será el gimnasio.

Durante aproximadamente 5 o 6 minutos estuvimos andando sin parar hasta que llegamos a la otra punta del internado, donde a lo lejos, podía distinguir la pista de atletismo.

-Bien, por aquí señorita Parks -me dirigió hacia el interior de un pabellón, y no pude evitar arrugar mi nariz poco después de haber pasado el vestíbulo y habernos metido dentro. -Lo siento por el mal olor, están en la hora de gimnasia.

[Puag, al menos hay buenas vistas, más o menos]

Reprimí una sonrisa y me centré en el último chico de la fila, no parecía muy seguro, más bien podría decir que no le gustaba, mientras que los primeros chicos que estaban en la fila, saltaban con facilidad los potros y ¿cómo no? Presumían por ello mientras las chicas parecían quedarse hipnotizadas mirandolos y repetir los mismos movimientos. Excepto, de nuevo, el mismo chico que estaba el último, ahora su posición era de primer lugar, supe que le dijo algo al profesor, pero no puedo leer los labios, aunque fuese lo que fuese que le dijo, no se le veía muy animado por saltar. Tampoco pudo hacerlo. Y mientras se bajaba, oí como las rebotantes risas de sus compañeros lo bombardeaban, y los primeros chicos que habían saltado, se burlaban de él.

-Jules Harrison-sonó de nuevo la voz de mi acompañante.

Fruncí mi ceño al mirarla.

-La respuesta es, si, es común que se rían de él así, Jules es un chico al que se le dan mal los deportes, pero de maravilla las matemáticas.

Volví a mirar de nuevo a aquel chico, volví a mirar a Jules, que se acariciaba su nuca cabizbajo intentando esconder su rubor y no pude evitar morder mi labio inferior.

-Vamos, hemos quedado con tus padres y la directora.

Eché una rápida mirada a la señora Chaplin, que así se llamaba mi acompañante y asentí rápidamente. No sin antes girar mi cabeza de nuevo en dirección a Jules que de nuevo estaba posicionándose en el último lugar de la fila.
-Aquí estáis, ¿te han gustado las instalaciones? -me preguntó una señora joven, posicionada al lado de mis padres.
-Mucho directora Pratt -sonreí inocente.
-Bien, me alegro mucho. Ahora la señora Chaplin te llevara hasta tu habitación para que puedas integrarte lo antes posible -sonrió la pelirroja.

Asentí y seguí a la mujer de rosa palo, mientras mis padres me pisaban los talones.

-Yo me despido aquí, es en la cuarta planta a la izquierda-sonrió dulcemente la señora Chaplin. -Y si necesitáis algo más, no dudéis en avisarme.

Asentimos y al cabo de un par de minutos estábamos frente a la blanca puerta de la habitación 413.

-Habitación 413 -anunció mi padre dejando posar una maleta y acto seguido abrió la puerta.

La habitación no era muy grande pero tampoco era pequeña, y parecía una sensación de mareo, ya que todo lo veías doble, dos camas, dos escritorios, dos armarios, dos cómodas...aunque la única diferencia, es que una parte de la habitación estaba decorada, y la otra no. Me acerqué con cautela para observar la parte de la habitación que pertenecía a mi compañera, olvidando que mis padres aún seguían ahí.

-¿Quieres que te ayudamos a instalarte?
-Audrey-me llamó mi padre serio.

Miré de nuevo a mis padres mordiendo mi labio inferior.

-Cielo, ¿quieres que te ayudemos?
-Ah, no, no, no os preocupéis, creo que podré sola -sonreí leve.
-Bien, entonces será mejor que te dejemos tranquila, si necesitas cualquier cosa, no dudes en llamarnos, no te vayas con desconocidos, no aceptes comida de nadie, acuestate temprano, si quieres que vengamos a por ti si te encuentras mal o..
-Kate, no se va a la guerra, va a estar bien.

Pude notar como mamá se ruborizaba, y sonreía tímidamente.

-Voy a estar bien, no os preocupeis.
-No es eso lo que me preocupa, lo que me preocupa es que te metas en líos, no quiero que te metas en líos, ¿entendido?
-Entendido coronel.

Mi padre sonrió leve, y ambos me abrazaron como despedida.

-Nos vemos en Navidades cielo-se despidió mamá dándome un beso en la frente. -Te quiero pequeña.
-Y yo a ti mamá.
-Cuadrese Parks.

Me cuadré delante de mi padre, el cual me respondió de la misma manera, y me abrazó.

-Te voy a echar de menos gamberra.
-Y yo a ti papá.

Besó mi frente, y ambos salieron de la habitación dejándome sola en aquella habitación.

Rompiendo las reglas de A+Where stories live. Discover now