prólogo.

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Venus tiene 20 años, los cabellos naranjas y los ojos negros. Su voz es la debilidad de los ángeles. Dulze y bonita. Ella es la encargada de cantar la melodía. Y lo hace, apasionadamente. Está perdidamente enamorada de Abe, y no se cansa de repetírselo. 

Abe es pelirojo y tiene los ojos marrones. Está hecho de acordes y vive en ellos. Con una pua de ACDC, él pone la guitarra. Sale con Venus.

Zada es la chica del teclado. Pelos azules, mirada fría, sonrisa helada. Solo habla con Buck. 

Buck, el batería. Divertido, hablador, bonito. Ojos azules y cabellos marrones. Sale con Zada. No se parecen en nada, y sus diferencias los completan.

Chet es el saxofonista. Rubio, ojos marrones color miel. Le gusta Zada, pero nunca será suficiente valiente para decírselo. Ella apagaría su fuego. Oro, amarillo, brillante. Como su saxo.

Lottie se encarga del bajo. Es gótica hasta le médula. Ella pone la base con los ritmo lentos de su instrumento. 

*flashback*

- Hola, chicos - dijo Venus entrando, como siempre, tarde en el garaje de Chet, donde habían decidido que ensayarían. Sus padres eran millonarios y cuando supieron que su hijo y sus amigos querían formar una banda de música no dudaron en comprarles todo el material necesario. No había cosa que les diese más felicidad que la ilusión de su hijo. 

Zada y Buck se estaban besando, como de costumbre, en un rincón de la estancia.

Chet estaba conversando con Lottie.

Abbe se aproximó a ella.

- Hola, preciosa - le dijo a Venus, quien lo miraba con ojos de adoración.

La chica se sonrojó. Llevaban más de un año juntos, y aún no se había acostumbrado a sus piropos. A Abe le encantaba la leve rojez producida en la mejilla de Venus, que contrastaba con el naranja de su ondulado pelo. 

Él intentó besarla, pero la chica se apartó.

- Ah, no Abe, ahora no. Tenemos reunión. 

- Exacto - intervino Buck, quien ahora los miraba cogiendo disimuladamente la mano de Zada - dejemos estos asuntos para después. 

Venus rió por lo bajo mientras Abe le pegaba un codazo al chico.

- Tenemos muchas cosas de las que hablar. Abe, ¿llevas las canciones que composaste la semana pasada? - dijo Chet. Era un chico muy responsable, y no le importaba nada más que el buen funcionamiento del grupo. 

Abe asintió.

- Claro que sí, comandante. - respondió pasando su brazo sobre el hombro de Venus mientras le plantaba un beso en los labios, ante la sorpresa de ella. 

- Bien. Creo que deberíamos empezar a ensayar. La semana que viene tenemos una actuación benéfica en la Universidad. No podemos faltar. Y reocordad, será el primero concierto de nuestro nuevo disco Missed Souls. - acabó de decir Chet mirando a Zada, ya que era ella quien había tenido la idea de poner este nombre a su nueva creación. Almas perdidas. Chet a menudo pensaba que ella se sentía así, y la música era lo único que la ayudaba a encontrarse. Aunque estaba claro que Buck también la completaba.

- Nos falta algo, ¿no creéis? - dijo Lotiie con su voz monótona. 

- ¿Se puede saber qué te pasa, ahora? - contestó de mala gana Chet, quien odiaba que alguién criticase su organización.

- Lo más importante, chicos. Pensad, si es que sabéis - continuó Lottie.

- Ya sé el qué. No sé como no había caído antes en esto. ¡Nos falta una bajista! - dijo Buck, divertido.

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⏰ Última actualización: Dec 21, 2014 ⏰

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