En esta nuevo universo basado en el popular manga y anime de Neon Genesis Evangelion.
Shinji y sus amigos volverán a enfrentarse a los temibles Ángeles; sin embargo, no contarán esta vez con la ayuda de las Unidades Evangelion, ya que nunca llegaron...
Hay un hombre con camisa negra y vaqueros rotos echado en una hamaca playera, mientras estaba leyéndose un libro en un páramo de arena rojiza.
Aquella persona con el pelo blanco estaba pensando en las diferentes variables cuánticas que habían llegado a darse en este caso para ocuparse del asunto que se traía entre manos.
De pronto, se ve interrumpida su meditación, por una llamada de parte sus hermanos, pero no por un teléfono móvil como lo harían los mundanos Lilin, sino por una conexión más trascendente incluso a galaxias de distancia.
- ¿A qué debo el placer de esta llamada hermanos míos? -pregunta el Desconocido-.
-La nueva variante de prueba del universo que estás vigilando con tus Semillas de Vida, está retomando la dirección que no nos convenía-señala uno de sus hermanos.
-La primera vez los Lilin destruyeron a todos los vástagos de Adán, aunque al final no pudieron detener a la "Unión Prohibida" de Adán y Lilith-agrega otro hermano-.
-La segunda vez los Lilin pudieron destruirlos a todos ellos y rehacer su mundo-finaliza el último de los hermanos-.
El hombre de la hamaca no había dejado en ningún momento los escritos del Lilin que le legó tiempo atrás.
Se lo había leído tantas veces que sabía recitar los versos de aquella maravilla de la literatura y aun así seguía maravillándose por observar en detalle aquella reliquia, sin dejar de lado la conversación que tenía pendiente.
-Debo admitir que hemos subestimado a estas pequeñas criaturas; sin embargo, admiro su tenacidad ante la adversidad-expresa el Desconocido-.
Los hermanos continúan con el diálogo, pese a la falta de decoro por su hermano mientras permanecían en proyección astral.
-Los planes no han salido como debería, se suponía que Adán tendría que haber poblado el Tercer Planeta de sus vástagos mediante el "Fruto de la Vida" y dejarlo como punto estratégico.
-Pero la rebelde Lilith, se escapó antes de tiempo y robó el "Fruto del Conocimiento" junto a los "Manuscritos del Mar Muerto", creando a esas aberraciones inútiles y débiles.
-Se cuestionan todo lo que rodean y creen, se matan entre ellos por bienes terrenales o por placer.
El Desconocido, izaba la vista para ver bien a sus hermanos mientras llevaba puestas unas gafas de sol, mientras ellos dictaminan el destino de los habitantes de la Tierra.
- ¡Esto debe ser arreglado de una vez por todas!
- ¡Sin dejar nada al azar!
- ¡Sin errores!
Tras enfatizar su decisión unánime, sus hermanos promulgan al unísono su dogma.
- ¡Pues es la voluntad de "Padre"!
El Desconocido esboza una sonrisa bien avenida, mientras el brillo de sus ojos escarlata refulge con la suerte echada al destino que había postergado más veces de lo que se debía.
-Pues es la voluntad de Padre-promulga también el Desconocido-.
Conforme con sus hermanos, el ser de pelo blanco se dispuso a levantarse del respaldo y ponerse el calzado.
-No podemos cambiar lo sucedido con Lilith -comenta el Desconocido tranquilamente-, pero me aseguraré que no haya más de esas "máquinas" interponiéndose en nuestra misión.
- ¡Así sea, pues es nuestro deber como "Arcángeles"! -proclaman de nuevo al unísono sus tres hermanos.
Todo estaba dispuesto, así que los hermanos del Desconocido se retiraron en el acto para dejar que cumpla su tarea según más le convenga.
Al terminar la conversación, el Desconocido se pone de pie y estira los brazos hasta que pudiese escuchar el crujido de sus huesos, para luego después mover los dedos dentro de sus zapatillas y echar un buen bostezo.
Acto seguido, se gira y observa el horizonte que tiene ante él.
-Qué tranquilo está Marte en esta época del año.
A lo lejos se podía ver una polvareda de arena que se mecía con los vientos marcianos.
Tras contemplar durante un buen rato el maravilloso atardecer que le ofrecía el planeta rojo, el Arcángel de pelo blanco posa sus ojos en el libro.
- ¿Eres Virgilio, pues, y aquella fuente de quien mana tal río de elocuencia? ¿Eres tú mi modelo y mi maestro?
Sostenía la portada, patentada, del primer tomo de la Divina Comedia que su amigo Dante le entregó en su lecho de muerte.
Aquel era su libro favorito y había pasado demasiado tiempo en su compañía, junto con la de los Lilin.
Y ahora, finalmente, había llegado el momento que tanto tiempo había ansiado mientras izaba la vista hacia la Tierra.
-Buena pregunta-decía el Desconocido al tiempo que hacía una breve pausa-. Lo descubriremos muy pronto "Niños".
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